
Pero según asegura Scott Stratten, presidente de UnMarketing, el mejor momento para no mandar un email es aquel en el que alguien te pide que no lo hagas. Los mejores datos que se pueden tener sobre el momento óptimo están en las propias listas de usuarios.
Y es que es un verdadero error mirar sólo el momento en que hay que mandar un email y pensar que ése es el principal problema que hay que abordar en el email marketing. Muchos caen en la equivocación de pensar que sus tasas de apertura son bajas porque mandaron su newsletter a las 11 de la mañana y no a las 5 de la tarde. Pero el verdadero error está en no aportar un contenido al usuario que haga que merezca la pena abrir ese correo.
A un usuario no le importa el momento en que haya recibido cualquier correo electrónico si éste no le interesa. Nadie deja de jugar con su móvil o ver un vídeo en YouTube por abrir un email aburrido.
En primer lugar, es esencial lograr que la gente reconozca el destinatario como una marca que le interesa leer, después el asunto, y después el contenido. Y el secreto para solucionar esto está en probar, probar, y probar. No con diferentes emails durante semanas, sino con el mismo email variable para ir alterando el momento del envío entre los distintos usuarios.
No se puede cambiar la forma de hacer email marketing cada vez que sale a la luz un estudio nuevo, porque el caso de éxito más importante para una empresa es el que ésta está desarrollando para su negocio. Y lo más importante, sólo se debe enviar un correo cuando realmente hay algo interesante que leer, no cuando sea el momento óptimo.
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