Rostros de facciones perfectas, cuerpos apolíneos… ¿Es esto lo único que vemos en la publicidad? Aunque acusada a menudo de rendir un culto enfermizo a la belleza, lo cierto que a la publicidad también le gustan los feos.Ya sea para provocar la carcajada, para crear situaciones disparatadas o para sorprender al espectador, la publicidad rinde a veces también culto a las personas físicamente poco agraciadas, al menos según los exigentes cánones actuales de belleza. Rebosantes algunos de mala baba y otros simplemente divertidos, MarketingDirecto.com les ofrece a continuación las siguiente recopilación de “anuncios feos”:




































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