lunes, 3 de septiembre de 2012

La Pirámide de Maslow aplicada a las necesidades empresariales

La Pirámide de Maslow aplicada a las necesidades empresariales:
Según establecía el humanista y psicólogo estadounidense Abraham Maslow en su Jerarquía de las Necesidades o “Pirámide de Maslow”, las personas tienen que satisfacer sus exigencias fisiológicas básicas y sus necesidades de seguridad, amor y estima antes de poder llegar al quinto y último nivel: la autorrealización.
En el ámbito empresarial se podría establecer un esquema similar que jerarquice las necesidades de pequeñas y medianas empresas. 5 niveles que las compañías deberán ir completando y satisfaciendo y en los que cada empresa debe encontrarse para buscar su último objetivo: la autorrealización que beneficie a trabajadores, propietarios, consumidores y, por qué no, al conjunto de la sociedad.
No te pierdas los cinco niveles de la Jerarquía de las Necesidades para las empresas que ha compartido el fundador de Anytime Fitness Chuck Runyon en Fast Co. y averigua cómo satisfacer todas las necesidades de tu empresa para alcanzar el último nivel.
1. La compañía de pagas estándar y beneficios

La relación más común entre un empleado y su empleador es una simple transacción económica por el esfuerzo. Un empresario alquila el cerebro o el cuerpo de un empleado como si fuese una máquina. Un intercambio justo, pero que hace que los empleados, al terminar su cometido, no vuelvan a pensar en el trabajo hasta que vuelve a sonar el despertador la mañana siguiente.
2. La compañía de los beneficios mejorados

En este segundo nivel, el empresario ofrece una paga media mejor y beneficios extra más allá del seguro médico, las vacaciones pagadas o las garantías de jubilación. En este nivel se engloban iniciativas como la integración de centros de fitness en las oficinas, o tintorerías, o guarderías, o cafeterías. También puede ser una empresa que apuesta por horarios y empleos flexibles que permitan trabajar desde casa y cuidar de los niños o permitir a los empleados dedicar tiempo a proyectos personales que puedan transformarse en ideas beneficiosas para las compañías.
3. La compañía con objetivos

Poco a poco están multiplicándose las compañías que están empezando a adaptar su estrategia a la “economía de la pasión”. Si animan a los empleados con un sentimiento del deber más allá de conseguir un sueldo a final de mes, esa pasión se convertirá en creatividad y les inspirará para trabajar más duro, más tiempo y con más energía. Por eso en muchas empresas se está dedicando tiempo a explicar el “porqué” de sus compañías. Si el esfuerzo de la empresa es sincero y efectivo, los empleados responderán con un sentido de gratificación que se transformará, a su vez, en mejoras para la capacidad de la compañía a la hora de atraer mejores empleados.
4. La compañía de la reinversión

Estas compañías no se limitan con el nivel 3 y tratan de ir más allá de su objetivo inicial reinvirtiendo en su gente. Ya no son trabajadores, para estas empresas primero son personas, y luego empleados. Por eso reinvierten sus recursos en mejorar a su gente física, mental, emocional y espiritualmente a través de recursos directos al empleo de cada uno, pero también a través de cursos de cocina o jardinería para empleados, o cualquier otra actividad con expertos para que la gente se pueda sentir mejor fuera del trabajo.
5. La compañía ilustrada

Una vez completados los cuatro escalones anteriores, una compañía finalmente alcanza el nivel 5 y puede considerarse como autorrealizada. Es aquel momento en que las líneas entre la casa y el trabajo se difuminan y los empleados del mismo rango trabajan juntos sin necesitar que un cargo superior medie o resuelva sus conflictos. Además, se empiezan a repetir expresiones como “me encanta mi trabajo”, “me encanta la gente con la que trabajo” o “me encanta esta compañía y lo que hacemos”.
El empleado ya no está alquilando su cerebro o su cuerpo, ahora se plantea trabajar incluso en su tiempo libre, no por necesidad, sino por la satisfacción de completar su trabajo. Los trabajadores ya no ceden su tiempo y su experiencia a la empresa, sino que se entregan en cuerpo y alma.