sábado, 27 de octubre de 2012

La única verdad es la realidad aumentada


Luego del anuncio del proyecto Glasses –lentes de realidad aumentada que permiten darles información contextual a imágenes “tocables”–, Google compró una empresa que mezcla esa tecnología con reconocimiento facial.

 Por Mariano Blejman
¿Qué pasaría si mezcláramos software de reconocimiento facial con plataformas de realidad aumentada en unos lentes mágicos? ¡Lo sabríamos todo con sólo mirarlo! El reconocimiento facial permite detectar patrones biométricos para identificar personas o, al menos, contrastar parecidos contra una gran base de datos. Mientras que el software de realidad aumentada permite identificar imágenes paganas y poder ofrecer información contextual. Hace unas semanas, Google presentó mundialmente Project Glass en su conferencia para desarrolladores. Se trata de unos lentes que no tapan la vista y permiten que uno pueda mirar digitalmente todo lo que está enfrente y obtener información contextual. El rumor prácticamente confirmado sobre la compra de la pequeña compañía llamada Viewdle por parte de Google redobla la apuesta por tecnología que hasta ahora ha estado en secretos laboratorios del Silicon Valley.
Eso es lo que hace Viewdle: es una empresita pionera en realidad aumentada y también en reconocimiento facial, los dos tipos de software ideales para instalar en los lentes mágicos de Google. A esta altura, no serán los lentes para ver a la gente desnuda, pero se le parecerán bastante. El software de reconocimiento facial a disposición del público general en Internet y en cámaras fotográficas ha generado obvias polémicas en todo el mundo, con respecto a la posible invasión a la privacidad de los usuarios. Organismos de protección de datos irlandeses y alemanes se han pronunciado en contra de dejarle a Facebook la posibilidad de integrar reconocimiento facial en su plataforma. Hace unos meses, la empresa de Mark Zuckerberg adquirió
Face.com, un motor de reconocimiento facial muy poderoso para integrarlo con la red social: uno sube un álbum de fotos y el sistema se encarga de ordenarlo según quién aparece en la foto. Lo que hace el reconocimiento facial es fácil de entender: reconoce caras. ¿Pero qué hace un software de realidad aumentada? ¿Cómo se aumenta la realidad? ¿No era que la única verdad es la realidad? La realidad aumentada agrega sonido, imágenes, colores e incluso olores al mundo real, cual Terminator I, II, III y IV.
En Argentina, pocos desarrolladores trabajan desde hace algún tiempo en esta tecnología. “En enero de 2011 no había un uso demasiado real”, dice Gabriel Marcos, de theLift, que trabaja desde Argentina para Qualcomm. “Y el uso que se le daba era totalmente anecdótico, aportaba gran impacto visual pero muy poca utilidad”, dice Marcos. Recién desde mediados de 2011, la realidad aumentada comenzó a usarse más abiertamente en aplicaciones móviles. De los juegos se pasó a aplicaciones escalofriantes: basta con observar el video introductorio de Blippar, para seguir de cerca cómo los objetos de contexto pueden alcanzar realce e información asombrosamente específica en la medida en que son observadas por una aplicación de realidad aumentada. De los envases de los productos salen carteles para llamar la atención, los objetos se convierten en juegos y no es que la realidad y el mundo ilusorio se mezclen, sino que uno puede empezar a pensar que todo es posible.
Uno de los ejemplos más entretenidos que andan dando vueltas es el de Angry Birds en versión de realidad aumentada: una versión en 3D de la empresa iraní Pendar, que permite imaginar que estamos jugando al Angry Birds en nuestro living como si esto estuviera ocurriendo (y ojo con tirar demasiado fuerte que los pajaritos pueden caer de la mesa). Layar, por otro lado, permite agregar contenido digital al estático mundo del papel, pero si hay algo realmente impresionante es Aurasma, un navegador visual capaz de darles vida a los objetos apenas los reconoce: hace unos siglos esto hubiera sido considerado lisa y llanamente brujería y sus creadores hubiesen sido incinerados en la hoguera analógica. Ahora basta con ver cómo el teléfono combina información real con cualquier otra cosa que los desarrolladores estén dispuestos a ofrecer. Como suele suceder, los servicios que picaron en punta son aquellos vinculados con la pauta publicitaria. Y en ese marco, la aparición del proyecto de Google AR Projet Glasses será sin lugar a dudas disruptiva.
La “demo” que hizo Sergei Brin en la presentación de desarrolladores de Google fue verdaderamente espectacular. Paracaidistas que caían desde el cielo con sus lentes puestos, mientras sus imágenes aparecían en el hangout de Google Plus, como para demostrar que los lentes estaban diseñados para ser usados en deportes extremos, llegaban al edificio del lugar donde se estaba desarrollando la conferencia. Los lentes nunca dejaron de transmitir y registraron todo lo que las personas estaban viendo: todos piensan que serán el soporte perfecto para llevar la realidad aumentada mientras uno anda caminando.
“Más importante que el grado de penetración del contenido publicitario con realidad aumentada es el promedio de tiempo de atención en relación con el tiempo que uno les presta a una revista o una publicidad en televisión”, dice. “Este es el camino que están tomando la mayoría de las empresas, ofrecer experiencias interactivas de marketing, que generen un gran impacto visual y sean entretenidas de usar, generando un vínculo entre el usuario y el producto mucho más fuerte.” Esto, combinado con la tecnología de la “nube”, es decir que el procesamiento de la información no se hace en el artefacto sino en Internet, permitiría resolver el mayor problema, que es cómo y dónde procesar y analizar millones de imágenes terrestres en tiempo real. Junto a sus colegas argentinos, Marcos está usando su experiencia para generar una plataforma propia: en el encuentro de desarrollo de UpLink presentó una aplicación que tuvo un reconocimiento por información de contexto. “Hacemos un fuerte uso de la reproducción de videos en realidad aumentada y la integramos con otras tecnologías para ofrecer diferentes tipos de publicidades a los usuarios según el estilo de vida que llevan y sus preferencias”, dice Marcos. Mamita.

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