sábado, 20 de octubre de 2012

Cuando el MP3 ya no es suficiente.

Cuando el MP3 ya no es suficiente.:
El formato de compresión de audio MPEG-2 Audio Layer III, más conocido
como MP3, fue puesto a disposición del público en 1995 y ya en ese
entonces tenía numerosos detractores por la calidad de su sonido. Hoy
existen varias alternativas que ofrecen un mejor audio.

Esta semana se cumplieron 30 años del lanzamiento al mercado del
primer reproductor de discos compactos, el Sony CDP-101, con el cual
llegaron los primeros CD de música, encabezados por el álbum 52nd Street
de Billy Joel. El aparato tenía en 1982 un precio equivalente al día de
hoy de alrededor de 700 mil pesos, mientras que cada disco costaba
alrededor de 15 mil pesos en Japón. Luego de tres décadas desde este
hito tecnológico, que representó el primer paso exitoso hacia la
digitalización de la música que se escucha en los hogares, cabe
preguntarse si la calidad del sonido ha mejorado desde entonces de la
misma forma en que se ha facilitado conseguir canciones a través del
formato MP3.

La cruzada de Young contra el MP3

El influyente músico canadiense Neil Young (a quien apodan ‘el
padrino del Grunge’) nunca les ha temido a las nuevas tecnologías y hoy
realiza una cruzada para mejorar la calidad del audio que se usa en los
dispositivos móviles de uso común, pues si bien el formato MP3 ha
democratizado el acceso a la música en todo el mundo, lo ha hecho a
costa de la pérdida irrevocable de la calidad del sonido.

El formato de codificación de audio MP3 usa un algoritmo de
comprensión de datos con pérdida de calidad, donde también aprovecha una
limitación perceptual del ser humano para escuchar ciertos sonidos, los
cuales son eliminados y permiten ahorrar una considerable cantidad de
espacio al formato. Esto significa que un álbum que ocupa un CD de 700
megabytes se puede comprimir a la décima parte de su tamaño para así
poder enviarse fácilmente a través de internet, pero sacrificando
profundamente su calidad.

Young asegura que la calidad del sonido actual es “la peor que hemos
tenido nunca” y añadió que las descargas estaban “degradando” el
estándar de audio. Para remediarlo trabaja en un formato llamado Studio
Quality Sound (SQS), que será lanzado en 2013 junto a un reproductor de
música llamado ‘Pono’ y un servicio de descarga de música. El formato
SQS, asegura el músico, busca que las canciones se escuchen tal como
sonaban en el estudio de grabación.

El ''audio libre''

Mientras el mercado espera la propuesta del músico canadiense, hoy el
formato ideal para respaldar la música de los discos compactos se llama
FLAC (sigla de ‘códec de audio libre y sin pérdidas’), descrito por sus
creadores como un formato similar al MP3, pero sin pérdidas en la
calidad del audio debido a la compresión de la información.

Una canción en formato FLAC puede alcanzar una calidad indistinguible
a la del disco compacto original, pero a la mitad de su tamaño, lo que
es también considerablemente menor a un archivo WAV, el formato de audio
digital mas típico y versátil (puede ser abierto por cualquier
reproductor en cualquier plataforma) que no posee ninguna compresión de
datos, por lo que ocupa grandes cantidades de espacio en el disco duro.
El FLAC es el formato más usado por los artistas que quieren
entregarles a sus fanáticos la mejor calidad de sonido sin entrar en
problemas por las patentes de software, pues el formato es libre y de
código abierto. 

Por ejemplo, cuando Radiohead subió a internet su disco In Rainbows
para que fuera descargado por sus fans, el líder de Nine Inch Nails,
Trent Reznor, criticó a la banda por no poner a disposición del público
el disco en formato FLAC, acusándolos de realizar una medida poco
sincera para estimular descargas digitales.

En general, los reproductores portátiles (promocionados como MP4) y
los equipos de música más modernos tienen la capacidad integrada de
reproducir este formato. En materia de computadores, para reproducir un
archivo FLAC se pueden usar programas libres y multiplataformas como el
reproductor multimedia VLC o Winamp. Mientras que las opciones gratuitas
para smartphones son, dependiendo si es un iPhone, programas como
‘Capriccio Free’, un reproductor de música que soporta FLAC; y si es
Android, se puede recurrir a VPlayer Video Player o la versión para ese
sistema operativo del reproductor Winamp.

Para comprar discos en FLAC se puede recurrir a sitios como
HDtracks.com, el que tiene un amplio catálogo de música popular en ese
formato, o sitios donde músicos independientes venden su material de
forma directa al consumidor como Bandcamp.com

En caso de no disponer de demasiado espacio libre en la memoria del
teléfono o el disco duro del computador -o no poseer un oído
privilegiado capaz de captar las sutiles diferencias entre un CD y un
vinilo- se puede recurrir a los formatos OGG o AAC. Estos sí tienen
pérdidas, pero de todas formas tienen una calidad de sonido bastante
superior al MP3 cuando se comparan a las mismas tasas de bits (el tamaño
que puede alcanzar un archivo por cada segundo de sonido).

Hay que considerar que el sonido de un archivo comprimido a una tasa
de bits constante de 320 kilobits por segundo es indistinguible al
sonido del CD original. Incluso se han realizado diversos experimentos
entre usuarios comunes donde aseguran que una compresión de 192kbps ya
es indistinguible al de un formato superior y sin pérdidas. 

El formato AAC se puede reproducir actualmente en casi cualquier
teléfono, ya sea un iPhone o Android, así como en reproductores de audio
como el iTunes o el Winamp. El formato OGG es libre y abierto pero
menos versátil, pues no es aceptado por el iTunes ni el iPhone, debiendo
usar programas especiales como el anteriormente nombrado ‘Capriccio
Free’. (La Tercera)
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