Su equipo de marketing es mucho más grande de lo que usted cree:
Muchas veces nos olvidamos de esto. Pero quién somos, y quiénes son nuestros empleados, es importante.
Las personas al final son el reflejo de una marca, igual que lo son la calidad de los productos o el precio. Y si no, no hay más que pensar en las personas que nos encontramos a lo largo de nuestra carrera y nuestra vida y cómo nos planteamos hacer o no negocios con ellos y la compañía para la que trabajan. Para algunos será un sí claro, para otros un no rotundo.
El marketing directo parece asentarse sobre datos y llamadas a la acción, pero esto significa tanto el trato en retail y las interacciones de ventas B2B como el email, o el correo directo, o las plataformas sociales. Y es que las decisiones que se toman acerca de cómo se hace el marketing, cómo se utilizan los datos de consumidores o cómo se gestionan las relaciones con los clientes tienen su reflejo en las marcas. Desde cómo se escucha a un consumidor en el punto de venta hasta la relevancia de la comunicación, todo tiene importancia.
Por eso, los responsables de una marca tienen que ser los que marquen el paso, convertirse en esa persona que quiere que sus empleados emulen. Y, sobre todo, deben dirigirse a un cliente no de la forma que al responsable de marketing le gustaría, sino de la forma en la que los clientes quieren ser tratados.
Cuando los clientes sienten que una empresa se preocupa acerca de su éxito, y no sólo de cuánto gastan en una marca, tienden a ser más fieles, a gastar más y, desde luego, a recomendarla más a sus amigos y compañeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario