Renuncia Benedicto XVI, el Papa de la evangelización 2.0:
La renuncia del papa Benedicto XVI se ha convertido en el tema de portada de los principales medios de comunicación en el mundo, en donde las redes sociales no se han quedado atrás.
En tan sólo unas cuantas horas de que este anuncio se hiciera oficial, etiquetas como #BenedictoXVI, #elpapademite o #Pontificado ya se han convertido en tendencia en Twitter que una vez más es una de las redes sociales más importantes para compartir información sobre este sorpresivo comunicado.
Y es que no podría haber sido de otra manera considerando que, de acuerdo con diversos medios, Benedicto XVI fue el primer Pontífice en la iglesia católica en estar presente en las redes sociales con la intención de buscar una “nueva evangelización”.
La incursión del Papa en Twitter fue anunciada luego de concluído el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, en Roma, desde donde se debatió la importancia de las redes sociales como un espacio para llegar a los feligreses ya que se consideran estos espacios como canales en “donde con frecuencia se forman nuevas conciencias, en donde las personas invierten mucho de su tiempo y viven sus vidas. Son nuevas oportunidades para tocar el corazón humano” indicaron los partavoces del Vaticano.
Para diciembre pasado, diversos medios daban la noticia de que la cuenta de Twitter en inglés de dicho líder religioso ya contaba con más de un millón de seguidores, cifra que alcanzó luego de una semana de hacer publicado su primer tweet.
Dicho mensaje alcanzó los 62.574 retweets, lo cual se había convertido en todo un suceso en la red social del microblogging que había superado incluso el impacto del famoso Justin Bieber.
Hasta el momento la cuenta @Pontifex, propiedad del Papa, ya suma más de un millón 518 mil seguidores los cuales, de acuerdo con un análisis realizado por Floating Sheep, se encuentran principalmente en países como Italia, Nicaragua, Perú, Guatemala, Paraguay y República del Congo, entre otros, en donde la mayoría son naciones latinoamericanas.
Por: Fernanda González
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