miércoles, 21 de noviembre de 2012

Uno de cada cuatro usuarios de smartphones reconoce ser adicto a su dispositivo.

Uno de cada cuatro usuarios de smartphones reconoce ser adicto a su dispositivo.:
Un
“tsunami digital”. Así definió la industria la arremetida de los
smartphones en el país. Si bien los celulares tradicionales siguen
liderando el mercado, con el 75% de los aparatos que se venden, debido a
su mayor precio, los teléfonos inteligentes (definidos así por poder
leer emails, navegar por internet y bajar aplicaciones), representan el
51% de las ventas, según cifras de GfK Consumers Choice.
Se trata de un fenómeno en aumento. En Movistar, por ejemplo, aseguran que hoy más del 50% de sus planes son para smartphones.
Y
ayer, el Instituto de Sociología de la Universidad Católica junto a
Movistar lanzaron “Radiografía de la vida móvil”, el primer estudio que
caracteriza a estos usuarios y los usos que le dan a sus aparatos,
aunque la investigación también desnudó varios abusos: el 26% se
reconoce como un adicto a su smartphone.
De
hecho, el 29% admite que se ha visto revisando su teléfono de forma
impulsiva y repetitiva y el 33% que ha sufrido alguna reprimenda por
usar su teléfono en momentos inapropiados: el 70% confiesa haber usado
su smartphone durante reuniones con amigos, el 53% durante una comida
con otras personas y el 54% en reuniones de trabajo o clases.
Según
el siquiatra León Cohen, si bien existe un grupo de usuarios que es
capaz de desconectarse de sus aparatos en la noche, especialmente los
llamados usuarios laborales, existe otro grupo, los llamados
tecnológicos “que aumentan su uso en la noche”.
Incluso,
existe un 37% que reconoce mirar o revisar su teléfono en todo momento
durante los días de descanso, o el fin de semana.
Además,
y debido al llamado “efecto tercera persona” (que hace ver defectos en
otros), perciben a otros pares como más adictos que ellos. El 84% dice
conocer muchas personas adictas y más de la mitad le ha llamado la
atención a otro por usar el celular en un momento inapropiado.
Percepción externa
La
investigación también caracterizó al usuario de un smartphone en Chile.
La edad promedio es 33 años (el 60% tiene menos de 35 años) y el 57% es
hombre.
También
definió a cuatro grupos bien diferenciados. Primero está el usuario
básico, que representa al 23% de los usuarios y que se caracteriza por
usar poco o nada las potencialidades del aparato. De hecho, el estudio
detectó, especialmente en estratos sociales más bajos, que este tipo de
dispositivos son adquiridos por una necesidad de aparentar, aunque
también por la rápida renovación de los equipos: antes se cambiaba cada 3
años y hoy cada 1, lo que amplía las posibilidades de poseer un
smartphone.
El
segundo grupo son los llamados usuarios offline (17%), que prefiere su
celular por sus funciones que no requieren conexión a internet, como la
cámara fotográfica, la radio o la agenda. También con un 17% están los
llamados laborales, que lo tienen exclusivamente para trabajar y donde
el email y los SMS son los elementos más importante.
Finalmente, con un 43% está el llamado usuario tecnológico, que usa el celular en todo su potencial.
Según
Cohen, esta rápida adopción del teléfono inteligente se debe a que la
cultura chilena se caracteriza por ser muy tímida, con un contacto cara a
cara que le incomoda, por lo que el celular funciona como un vínculo
muy cómodo para seguir conectando a las personas. (La Tercera)
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