martes, 6 de noviembre de 2012

Las relaciones públicas requieren un viaje al interior del cerebro más creativo

Las relaciones públicas requieren un viaje al interior del cerebro más creativo:
Recientemente se ha celebrado la primera cumbre de Relaciones Públicas de Holmes Report, donde algunas de las personas más influyentes en el campo de la comunicación opinaron sobre cómo desbloquear el pensamiento creativo. El director general de Ketchum, Rob Flaherty, encabezó un diálogo fascinante con David Eagleman, neurocientífico del colegio Baylor de medicina.
Eagleman presentó un impresionante viaje al interior de la mente humana, ofreciendo datos poderosos para los anunciantes. Y lanzó dos ideas que quizás logren cambiar la forma de pensar sobre el arte de las relaciones públicas.
Por un lado, indicó que pensar demasiado fuerte puede sabotear todo el proceso creativo. El cerebro inconsciente es despiadadamente eficiente. Hay un gran número de cosas que hacemos en piloto automático todos los días. El cerebro está compuesto de sub-partes que no están de acuerdo y compiten para llegar a las decisiones. Por eso es una buena idea asignar papeles en un brainstorming. Eagleman sugiere que una persona adopte una pose de libre pensador y exponga sus ideas sin filtro, mientras que otra persona debe registrarse con un modo de pensar más práctico y dar prioridad a factores como los costes asociados.
En segundo lugar, señala que no controlamos nuestro subconsciente, pero eso está bien. Eagleman señala que en ocasiones nos sentimos atraídos por ciertas cosas, incluyendo empresas o marcas, por razones que conscientemente no se reconocen. Por eso las relaciones públicas deben ser sutiles. Para el cerebro, las empresas son como las personas. Las compañías tienen que hacer lo mismo que se hace para mantener a los amigos, fomentar la confianza y la inversión en el largo plazo.
Eagleman observa que a la mayoría de las personas les resulta inquietante pensar sobre la falta de control que tenemos sobre nuestro subconsciente. Sin embargo, puntualiza que está bien que nosotros no seamos los que conducimos nuestro propio barco. Todo el sistema es mucho más asombroso y proporciona un resultado más sutil.
La comunicación eficaz es un arte muy complejo. El camino para ganar los corazones y las mentes de los consumidores no siempre es obvio, pero seguro que es fascinante.

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