Actualmente, libros y periódicos están desapareciendo en sus versiones impresas dando paso al periodismo digital. Un tipo de periodismo donde domina la libre navegación por la red, enriquecida con imágenes y videos, y con un sentido de inmediatez y actualidad con el cual el periodismo impreso no puede competir. Y este mundo digital nos ha hecho cambiar la forma en que leemos.
Esto no quiere decir que el libro no ha muerto, sólo que se ha transformado. Hay quienes aún se aferran a sentarse en un café o un parque con su libro de papel entre las manos; otros, son capaces de afirmar: “no tengo tiempo para leer”, cuando pasan todo el día frente a una computadora como receptores de un bombardeo de palabras. También estamos los que nos sentimos atrapados entre dos mundos, pues conocemos el disfrute de cargar en una tablet nuestras novelas favoritas (y tener la tentación de leer en cualquier momento), sin ocupar mucho espacio y pagando un precio módico, pero también estamos encantados al entrar en una librería o trabajar en una biblioteca (¡ojalá la sabiduría pudiera transmitirse por ósmosis!).
De acuerdo con el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc, 2012), la mitad de América Latina no lee libros, desconociendo por completo las sabias palabras de Fernando Pessoa:
"La gramática
es más perfecta
que la vida.
La ortografía
es más importante
que la política.
La suerte de un pueblo
depende del estado
de su gramática."
¿De qué manera aportas tú al desarrollo cultural de Latinoamérica? ¿Cuántos libros, impresos o digitales, has terminado de leer este año?
Imagen: favim.com
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