miércoles, 17 de abril de 2013

Guía periodística para tuitear en una crisis

Guía periodística para tuitear en una crisis:

Twitter no es una plataforma de noticias, pero eso sí, ha hecho negocio con la recolección de historias, que muchas veces suelen ser tan solo rumores provenientes de fuentes que no son fiables.
Jeremy Stahl, colaborador del Slate, nos recuerda al periodista y director del Washington Post, Philip Graham, cuando en su momento declaró que el periodismo es el primer borrador de la historia. Stahl afirma que podríamos usar la misma comparación para referirnos a Twitter como el primer borrador del periodismo. ¿Qué opinan?
LA PRUEBA DE BOSTON
Durante los eventos como la maratón de Boston, las redes sociales fueron claves para recolectar información (veamos la experiencia de Reddit, lo que hizo Google y hasta el aporte de los tuiteros). Apropósito, el exsecretario de prensa del gobierno de George W. Bush, Ari Fleischer, señaló estas algunas sugerencias para responder inteligentemente a una crisis como miembro de la prensa, lector de noticias o portavoz oficial del gobierno en Twitter:
  1. Desactivar los feeds automatizados de Twitter para asegurar que los temas frívolos y fuera de lugar no se envíen por error.
  2. Escribir en primera persona e incluir relatos de testigos, fuentes oficiales (como la cuenta del Departamento de Policía de Boston, en este caso) y conferencias de prensa oficiales.
  3. Siempre citar las fuentes.
  4. No caer en especulaciones. Hasta ayer en la noche, por ejemplo, The New York Post afirmaba que 12 personas habían fallecido cuando después se supo que en realidad eran tres los muertos.
  5. Aunque las agencias de noticias suelen ser las más fiables, según Fleischer, todavía existe un gran margen de error en la información durante las primeras horas de ocurrida una tragedia. En el caso de lo de Boston por ejemplo, muchos  medios habían señalado  que el servicio de telefonía celular estaba cerrado para evitar las detonaciones de bombas a distancia, lo cual era falso.
  6. Sugiere mantener su tono tan serio como la ocasión lo merece.
Revisa el artículo completo de  Slate

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