Se acabaron los directores ejecutivos, llegan los directores influenciadores:
El término influencer ha dejado ya de ser una palabra marginal para expertos en tecnología para hacerse un hueco en la parte superior de la pirámide organizativa de las empresas. La vieja figura del jefe autoritario e inaccesible está empezando a difuminarse, los tiempos están cambiando y los modelos que empiezan a adoptar los cuadros directivos de las empresas de todo el mundo están empezando a adaptarse, aunque poco a poco, a los nuevos tiempos.
Según un estudio realizado en 2010, para el que se entrevistó a 389 directivos de 28 países diferentes y que ha recuperado Fast Company, el estilo de gestión empresarial ha cambiado significativamente en los últimos años. Los jefes de ahora están dejando a un lado el estilo autoritario para dejar espacio a la participación, a permitir el pensamiento individual y la cesión de responsabilidades en su equipo. Se trata de un planteamiento más dinámico e inclusivo que hace que el espíritu dentro de la empresa sea más sano y los distintos puntos de vista se tengan en cuenta.
Así, los directivos se empiezan a convertir más en un influencer y menos en un jefe, haciendo de sus empleados personas más felices y productivas. Pero todo este cambio ha sido consecuencia de un proceso evolutivo global:
Una nueva economía: desde que en 2008 estalló la crisis financiera, el modelo empresarial “tradicional” ha tenido que ir cediendo espacio a nuevas formas de hacer. Los sistemas antiguos están destinados a desaparecer, mientras que los líderes están empezando a tomar medidas para enfrentarse a la nueva forma de hacer las cosas, lo que significa trabajar de forma más cercana con todo el mundo, tanto interna como externamente, para lograr los resultados proyectados.
Una nueva generación: los profesionales de la generación “baby boom” están cerca de la jubilación, si algunos no lo han hecho ya. En cambio, las generaciones X e Y están empezando a ocupar cargos cada vez más importantes en las organizaciones, con una nueva mentalidad y un nuevo sistema de valores. Esta nueva generación de líderes reclama más equilibrio entre la vida laboral y la personal, son más independientes mientras que dan más valor al trabajo en equipo, y saben cómo utilizar la tecnología para sacar provecho al esfuerzo en grupo. Además, han logrado que desaparezca esa línea que separa a los amigos y los compañeros de trabajo y son transparentes al mundo gracias a las redes sociales.
Una nueva realidad demográfica: cada vez hay más mujeres ocupando altos puestos en las empresas. De hecho, las cifras revelan que las mujeres ya ocupan la mayoría de los puestos laborales en Estados Unidos. Pero esto no es todo, en Tailandia y China un tercio de las posiciones de CEO y dirección están ocupadas por mujeres. Una nueva realidad que aporta nuevos planteamientos empresariales.
Una nueva tecnología: Puede sonar a cliché, pero ya no se puede negar. Internet ha cambiado todo. Las herramientas de comunicación digital y redes sociales son mucho más que una simple motivación a una cultura corporativa más abierta, hacen que este planteamiento sea inevitable. Ya no se pueden tomar decisiones aleatorias que no tengan en cuenta los hechos, o dictar órdenes de forma secreta. Al final, internet ha traído transparencia, y esto empieza a calar en el tejido empresarial.
Una nueva realidad: esta evolución, al final, ha provocado una nueva realidad en la que el mundo empresarial ya no puede ser sólo eso. Ahora las personas son una parte vital de la ecuación. A los empleados ya no sólo les preocupa el salario a final de mes, sino que quieren ser parte de una compañía, a la que respetar y de la que también esperan respeto. En definitiva, no se trata de añadir un nuevo cargo a la tarjeta de visita, sino de tener una vida mejor.
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