Las cookies y el estado de la publicidad personalizada online:
Internet sin cookies no tendría nada que ver con lo que conocemos ahora. Estos pequeños fragmentos de datos permiten desde guardar sesiones hasta saber qué sitios ha visitado un usuario y son un elemento fundamental a la hora de ofrecer publicidad personalizada en internet. Pero la preocupación por la privacidad y la seguridad de los usuarios ha hecho que las cookies estén en el punto de mira de legisladores, jueces y usuarios demasiadas veces.
Existen tres grandes grupos de cookies: las de personalización (para que no haya que seleccionar la misma opción cada vez que se entra a la misma página), de sesión (para guardar los datos de inicio de sesión) y de seguimiento (que almacena las páginas visitadas, la fecha y la hora y permite enviarlas a terceros), según explica Zenith Media en su blog.
En publicidad, un adserver de una red publicitaria encargado de comercializar un sitio web deposita una cookie en el equipo que acaba de visitar esa página. Después, si se visita una página web que tiene contratada publicidad a través de alguna red de anuncios y relacionada con la visita, el adserver sabe que previamente se ha estado viendo algo relacionado y se mostrará publicidad acorde. Muchos anuncios online no aparecen ahí por casualidad, sino que se busca que sea relevante para el usuario y esto se consigue gracias a las cookies, que se convierten en el nexo entre el anunciante y el site en el que se anuncia.
Pero las posibilidades de las cookies van mucho más allá. En publicidad permiten controlar la frecuencia con la que una pieza publicitaria se muestra al mismo usuario y así poder utilizar las impresiones contratadas para llegar a usuarios nuevos, o recoger el comportamiento frente al anuncio.
Para el usuario, las cookies son totalmente transparentes, aunque el navegador almacena silenciosamente esta información sin avisar ni pedir permiso al usuario. Un aspecto que preocupa especialmente a los usuarios y sobre el que se ha centrado la Unión Europea a la hora de establecer su legislación, en la que pide que se avise al usuario en todo momento de qué se va a guardar y cómo. Además en algunos navegadores es posible gestionar el uso de las cookies o borrarlas.
El problema es que la preocupación con respecto a estos fragmentos de información no hace más que crecer. Las cookies han sido protagonistas de bastantes polémicas y la creciente preocupación por salvaguardar la privacidad de los usuarios ha llevado a los legisladores a analizar estas técnicas de rastreo y establecer límites en su utilización. El objetivo, proteger al usuario final.
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