11 cosas que no deben hacer los periodistas al informar en tiempo real:
La mayoría de eventos hoy tienen su epicentro en las redes sociales. Muchas redacciones -incluso sin tener un equipo armado- se plantean el reto de hacer una cobertura en tiempo real.
¿Qué cosas no deben hacer los periodistas encargados de esta tarea? Veamos esta pequeña lista.
1. No planificar. Incluso si son dos personas a cargo de tremenda tarea, la coordinación es clave. Deben fijarse objetivos sobre qué se va a contar y cómo se va a contar.
2. No cuidar la ortografía. El hecho de ir contra el tiempo no debe ser excusa por burlar las normas minimas de ortografía. Si una redacción tiene un periodista muy geek, pero que no sabe de tildes -pensando solo en lo básico-, lo más recomendable es entrenar a un redactor con conocimientos mínimos de tecnología. Más rápido es aprender a manipular un iPad que aprender en 24 horas las normas básicas de redacción.
3. No probar los equipos y aplicaciones. Si el periodista sale a la calle armado de un iPad, de una cámara con WIFI, una laptop o un smartphone con acceso a Internet (miren el arsenal de The Huffington Post), lo recomendable es que conozca a fondo cómo funciona el dispositivo, así como las aplicaciones necesarias para poder editar sus fotos, aplicarle filtros -la moda Instagram que ha cautivado a varios medios-, transmitir en vivo , subir audios o editar videos (ver caja de herramientas y aplicaciones para el iPad de un Community Managers).
4. No ser riguroso y exacto. La inmediatez no está reñida con el rigor, como dijo la directora de El Huffington Post de España. El periodista que cubre en redes sociales un evento debe dar datos precisos SIEMPRE. Nombres, apellidos, direcciones, denominaciones, peso, entre otros datos que la noticia por sí sola exigirá. Si se registra un incendio no es suficiente mandar la foto y un tuit que diga: “Incendio se registra en el distrito de Barranco”. Se espera que diga en qué calle de Barranco ocurre el hecho, las causas preliminares del incendio, la cantidad de unidades de bomberos que han llegado al lugar y hasta contexto. Evitar el “Dicen que lanzaron una bomba”. Si no hay información confirmada lo mejor es evitarla.
5. No ser precavido. Las baterías de los smartphones y tabletas muchas veces no duran para una jornada completa de cobertura, sobre todo si la producción de contenido es intensa. Es fundamental que se considere llevar el cargador tradicional, tener un cargador para vehículo (si se desplaza en una móvil) o tener baterías adicionales -si el dispositivo lo permite-. Apenas llegue al lugar de cobertura deberá evaluar el terreno y tener claro a dónde podría ir a cargar sus equipos (¿Habrá un Starbucks cerca?). Ser precavido pasa también por tener claro si podrían surgir problemas con el acceso a Internet. Es necesario quizás llevar un USB con conexión.
6. No saber seleccionar y dosificar la información. Un redactor que hace este tipo de cobertura no puede mandar al jefe o editor responsable 30 o 50 fotos para elegir. El redactor debe hacer una preedición (hacer cortes, mejorar la luz, etc) y mandar material para su publicación casi inmediata. El redactor de redes sociales debe ser un curador de contenidos también.
7. No saber contar historias. Van por mal camino los que creen que solo se trata de tuitear. Las redes sociales permiten contar historias. Los pequeños formatos funcionan bien, pero hay que saber hacerlo. Para un redactor del impreso puede ser ‘traumático’ el cambio, pero yo creo que sí sabe hacerlo en el papel lo hará también en la red. Conozco varias experiencias notables. No puedo dejar de mencionar el caso de Carmela Ríos, periodista premiada por su impresionante cobertura en Twitter de los primeros momentos del movimiento 15-M en Madrid.
8. No comprometerse con la cobertura. No se trata de salir y tomar fotos con el smartphone ‘como salgan’. Se necesita compromiso para entregarse a la tarea de buscar buena información contra el tiempo y de aportar ideas a la redacción. ¿Qué tal una cobertura en Storify, por ejemplo?
9. No ser curioso. Este punto pasa por el compromiso. Se trata de ver lo que otros no ven, de mostrar lo que no ve la televisión, de dar cuenta de lo que los medios tradicionales ignorarán. Rescatar personajes, situaciones y detalles demanda mucha curiosidad e instinto periodístico.
10. No ser ético. La urgencia de mandar información para el Facebook o Twitter no debe llevar a los periodistas a traicionar los principios éticos. No vale inventarse una situación, tomar material de la red y hacerlo pasar como tuyo o soltar trascendidos para llenar tuits.
11. No tomar en cuenta a la audiencia. No basta tuitear o colgar información en Facebook. El periodista de redes sociales debe prestar atención a lo que dice la gente de la información que difundió. Debe prestar atención a la crítica, aportes, sugerencias e ideas. Si, por ejemplo, hizo una galería de fotos para Facebook, al término de la jornada podría revisar el material y ver qué opinaron los usuarios, qué pudo hacer mejor o qué faltó cubrir.
La lista sigue en beta porque no dejamos de aprender.
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