¿Por qué Facebook y Apple imperios están condenados a caer:
Nada dura para siempre. Ésta es una lección que podemos aprender echando un simple vistazo a la historia. El aparentemente invencible imperio romano cayó, también se derrumbó el imperio español y lo propio hizo el imperio de sus vecinos franceses.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la tecnología? La historia nos proporciona un valioso punto de vista para acercarnos a los dos grandes imperios tecnológicos que rigen en la actualidad el mundo. El primero de esos imperios es Apple, que la semana pasada provocaba reacciones histéricas en cadena acompañadas de febriles especulaciones sobre su futuro con sus últimos resultados trimestrales. El mundo ha asistido hipnotizado durante años a la metamorfosis de Apple, antaño un poco exitoso fabricante de ordenadores, en el gigante corporativo que es hoy en día, un gigante que es ya la empresa más valiosa del mundo y cuya facturación es superior al PIB de muchos países. Pero, ¿ha tocado techo la empresa de la manzana?
Si cree que el calificativo de “histéricas” es exagerado a la hora de definir las reacciones que siguieron la semana pasada a la publicación de los resultados trimestrales de Apple, quizás debería tener en cuenta el siguiente dato. Aunque Apple no vendió los 50 millones de iPhones que los analistas habían previsto durante el último trimestre (“sólo” vendió 47,8 millones) y las ventas de Macs se resintieron, los últimos resultados trimestrales de la compañía de Cupertino significan que en 2012 la empresa de la manzana ganó más en un año que ninguna otra compañía jamás. Durante el último trimestre de 2012 ganó la “decepcionante” cifra de 13.000 millones de dólares, el cuarto mejor dato en toda la historia de Apple. ¿Y cuál fue la reacción de la bolsa a unos resultados que para sí quisiera cualquier gran empresa? Las acciones de la empresa de la manzana se desplomaron un 10% tras conocer tan “desalentador” dato.
Junto a Apple, el otro imperio tecnológico que rige hoy los designios del mundo es Facebook, una red social con más de 1.000 millones de usuarios que, pese a su indiscutible fortaleza en el universo online, ha hecho hiperventilar a más de uno durante los últimos meses, explica Joe Naughton en The Guardian.
Facebook ha copado titulares en las últimas semanas tras el lanzamiento de la que promete ser su nueva arma mortífera: el buscador social Graph Search. Esta presunta arma mortífera es en realidad simplemente un algoritmo que encuentra información en la red de amigos y conocidos del usuario en Facebook y la complementa con los resultados del motor de búsqueda Bing. Sin embargo, y leyendo los comentarios de algunos tras su lanzamiento, parecería que estamos más ante un espía en perpetuo movimiento que ante un simple motor de búsqueda.
“El nuevo motor de búsqueda de Facebook intenta construir muros alrededor de internet para contener las hordas dentro de sus puertas”, podía leerse, por ejemplo, en la prestigiosa revista online Crikey. “Es una pesadilla y probablemente funcionará”.
En realidad, el nuevo Graph Search es el último intento de Facebook para convertirse en el AOL de la nueva era 2.0. Y fracasará por la misma razón por la que fracasó el intento de AOL de encerrar a los internautas en una jaula de oro: porque la red de redes es demasiado diversa, innovadora e interesante como para que sus usuarios se dejen atrapar sin más en una jaula de oro, independientemente de lo bella que ésta sea.
Los comentarios encendidos, más negativos que positivos, que Apple y Facebook han protagonizado durante los últimos tiempos nos vienen a demostrar que nada dura efectivamente para siempre.
Los que tienen ya algunos años sobre sus espaldas seguramente recuerdan que hace unos años había también un “monstruo” llamado Microsoft que era tan dominante y amenazador como pueden serlo hoy Apple y Facebook. Un par de décadas después Microsoft sigue entre nosotros, pero es un gigante achacoso que sigue siendo rentable, pero no innovador, y que intenta abrirse paso a duras penas en la era post PC.
Aunque el eclipse de Apple y Facebook es inevitable, el momento y las causas de sus respectivos declives serán diferentes. La actual fortaleza de Apple reside en que hace cosas que los consumidores se vuelven literalmente locos por comprar y que procuran a la compañía amplios márgenes de beneficios. La inexorable lógica del negocio del hardware es que tales márgenes comenzarán a caer inevitablemente a medida que aumente la competencia. En este sentido, Apple no podrá evitar convertirse en una empresa menos rentable en los próximos años. Otra cosa que determinará el futuro de Apple es si podrá mantenerse en la cresta de la ola de la innovación con productos que sean dignos sucesores del iPod, el iPhone o el iPad.
Facebook, por su parte, no fabrica sofisticados gadgets tecnológicos. Simplemente proporciona un servicio online que, por el momento, la gente parece apreciar. Sin embargo, para hacer dinero con sus mil millones de usuarios y al mismo tiempo satisfacer a los difícilmente complacientes moradores de Wall Street, Facebook tiene que convertirse en una empresa aún más intrusiva y manipuladora. Está condenada, por lo tanto, a abusar de la privacidad de sus usuarios. Y en el camino dejará inevitablemente una nota a pie de página en la historia de internet. Como Microsoft la dejó en su día en la historia de la informática.
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