martes, 3 de julio de 2012
El sector digital de hoy y los 40 años de Atari
Intrigas, robo de ideas y explotación marcaron la creación del sector digital de hoy. Esto lo muestra de manera drástica la historia de la marca Atari: una historia sobre vaqueros, estafadores e idiotas provechosos, informa Spiegel Online.
La historia de los modelos de negocio digitales son historias de ideas robadas, trucos y prácticas injustas, en lo que, probablemente, esta industria no se diferencia mucho de las demás. Sin embargo, la industria de los bits y los bytes se ha desarrollado muy rápido en los pasados cuarenta años.
El pasado 27 de junio, la marca Atari cumplió 40 años (aunque la empresa realmente ya no existe desde hace tiempo), y su historia refleja la historia del sector. Atari debe agradecer su existencia a hombres sin escrúpulos como Nolan Bushnell (uno de los dos fundadores de Atari), quien hasta el día de hoy sigue sin hablar con el ingeniero Ralph Baer, descubridor real de las videoconsolas (creó “Pong”). Bushnell ideó, a partir de ello, la primera máquina recreativa del mundo.
También el primer intento de conseguir dinero de Atari, “Computer Space”, se basó en una idea robada (“Spacewar!”) de un juego creado en los años sesenta por un par de nerds del Massachusetts Intitute of Technology que no estaban en disposición de poder hacer dinero de esas ideas.
Bushnell encomendó a un joven y enjuto (que a veces olía algo raro) empleado de Atari, Steve Jobs, el desarrollo de una nueva máquina recreativa. Jobs pidió a su compañero Steve Wozniak un chipset barato para el juego, entregando a Bushnell el juego y el chipset. Éste último fue ignorado y Jobs recibió un exiguo pago del que dio una parte a Wozniak, que era quien había hecho realmente el trabajo. El producto resultante, “Breakout”, se vendió 15.000 veces como máquina recreativa, y aún existe hoy como juego en diferentes encarnaciones.
La cultura de empresa de Atari es muy hippie, predominó (y aún se huele) el olor a marihuana y entre los directivos era habitual el consumo de LSD. Bushnell perdió la empresa más de una vez, y en 1984 volvieron a la empresa negras perspectivas tras la llegada del ordenador personal. Llegó entonces Jack Tramiel, fundador de Commodore, y vendió en 1983 tres veces más Commodore 64 que Apple II vendió Apple, ingresando 1.000 millones de dólares. Tramiel, no obstante, fue puesto de patitas en la calle.
Pocos años más tarde, el fabricante de videoconsolas se había convertido en el segundo gigante del mercado de ordenadores personales. Sin embargo, mientras se peleaban, se durmieron en los laureles mientras pasaba la revolución del PC. Atari probó suerte a principios de los años noventa con una videoconsola llamada Jaguar, que fue un costoso chasco.
Los consorcios japoneses Sony y Nintendo tomaron las riendas del mercado de hardware de ordenadores. El mercado se hizo añicos, y sólo Apple consiguió mantener su imagen de marca del exterminio. Las marcas Atari y Commodore fueron vendidas y revendidas, siendo hoy la primera el nombre de un fabricante francés de videojuegos que antes se llamaba Infogrames y la segunda una empresa que fabrica ordenadores con estética retro como el 64 de la época.
En Silicon Valley, ahora, ya no existen ese tipo de hombres sin escrúpulos como en el pasado, sino que hay jóvenes e inteligentes hombres como Mark Zuckerberg, Larry Page o Sergey Brin que pasaron directamente de la universidad al negocio. Jack Tramiel y Steve Jobs murieron, mientras que Bushnell crea cada año una empresa nueva y tan poco exitosa como la del año precedente.
En 2010 entró en el consejo de la empresa que ahora se llama Atari y aclaró estar “contento de volver a hacer conocida Atari en un punto en el que la empresa tiene previstos interesantes pasos en ámbitos clave de crecimiento del sector de los juegos”. En realidad, los ingresos de Atari menguan año tras año, siendo en el año 2010/2011 57 millones de euros. Uno de los títulos más descargados de Atari en el año 2012 fue una aplicación para iPad y iPhone llamada “Breakout Boost”.
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