miércoles, 4 de julio de 2012
La verdad sobre el marketing que nadie quiere admitir
Son muchas las historias existentes acerca de impresionantes campañas de marketing que han terminado fracasando estrepitosamente. La historia es conocida: un producto novedoso, con un cuidado programa de comunicación, un público identificado y situado, pero de pronto las ventas y las reacciones no son las esperadas.
¿Qué es lo que ha pasado? Se han seguido las reglas y los consejos de los expertos, pero se ha ido a lo seguro. A lo conocido, lo que funciona, lo que se puede evaluar y comprobar con seguridad. Y esto es, lo que está demostrado y evaluado es porque ya se ha hecho anteriormente.
El público cada vez está más expuesto al marketing que nunca. Lo que solía ser nuevo y cautivante se ha convertido en algo conocido y habitual. La gente se ha acostumbrado con el tiempo, se ha dado una ceguera de marketing según las campañas se vuelven más rutinarias para los usuarios.
Y es que el problema es que lo que antes era una innovación, rápidamente se ha convertido en una plantilla. Tan pronto como algo comienza a ser adoptado por las masas, de inmediato comienza a perder su eficacia.
Por este motivo hay que hacer lo que nadie quiere hacer. Los que están en lo mas alto de cualquier industria lo está por una buena razón. Está claro que el trabajo duro es clave, pero un punto clave de su éxito se debe a que no tienen miedo de ser los primeros. No tienen miedo de salir al frente y hacer lo que nadie antes se atrevió a hacer.
Ser el pionero puede significar un camino solitario, y da miedo no tener detrás una serie de datos y gráficas que respalden las teorías y los caminos a seguir. Cuando se necesita que las cosas funcionen, es difícil asumir riesgos.
Es por eso la mejor opción es trabajar muy duro para construir una audiencia y conseguir una base, llegar a un punto de estabilidad y un lugar predecible.Una vez hecho eso, lanzarse y realizar algo arriesgado es mucho más fácil. Son ideas locas o salvajes que podrían cambiar todo o pasar totalmente desapercibidas. Algo que nadie haya visto todavía.
Es fácil verse arrastrado por estas ideas románticas sobre romper las reglas y crear campañas de marketing que nunca han existido antes. Se podría decir que los anunciantes deberían deshacerse de toda la educación tradicional. Pero eso no sería inteligente.
Cualquier pionero debe saber en primer lugar que hay que salirse de la ruta. Pero para ello hay que tener una formación adecuada. La clave no es deshacerse de todos los clásicos probados del marketing. Deben conocerlos, tomarlos, pero no detenerse ahí. Eso es sólo el comienzo.
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