Facebook está considerada como la “reina de las redes sociales” en cuanto al número de usuarios se refiere (porque su salida a bolsa no está siendo nada buena) y se acerca a los mil millones de usuarios, una cifra que podría alcanzarse quizás a finales de este año. Esta red social en la que, principalmente, priman las relaciones humanas y la interacción entre los usuarios entre sí,ya sea directamente o a través de los grupos, o entre usuarios y marcas o empresas. Dado que Facebook está constantemente realizando cambios en los perfiles y las configuraciones, no está de más tener presente algunos aspectos relativos a la gestión de los contactos para evitar malos entendidos y preservar nuestra privacidad.
Mi compañero Randal dedicó dos notas muy interesantes sobre malas prácticas a evitar y algunos detalles a tener en cuenta, es importante tener en cuenta algunas pautas a la hora de gestionar nuestra red de contactos, la visibilidad que éstos tienen sobre la información que publicamos y la relación de cercanía que mantenemos con los contactos.
Mantén una política a la hora de agregar contactos
Facebook no es Linkedin ni tampoco Twitter, es algo más que evidente pero, realmente, no todo el mundo lo tiene en cuenta y, sobre todo al inicio, no para de agregar contactos o enviar solicitudes de amistad. Bajo mi punto de vista, Facebook es una red social que queda en el ámbito más personal y, por tanto, los contactos que agreguemos deberían quedarnos cercanos puesto que en esta red social solemos publicar fotos de todo tipo, nuestros amigos nos pueden agregar en fotos de alguna fiesta o reunión, compartimos información personal o publicamos datos relativos a nuestros gustos o nuestros desplazamientos.
¿Y qué hacer? Cada usuario es libre de gestionar su perfil de Facebook como estime oportuno pero, personalmente, creo que es importante seguir ciertos criterios a la hora de agregar contactos teniendo en cuenta las herramientas disponibles (control de publicaciones) y la información que publicamos. Facebook ha deformado un poco el concepto “amigo” y lo ha ampliado, básicamente, hasta el punto de que cualquier persona que nos solicite que lo agreguemos puede ser nuestro amigo, sin embargo, en nuestra mano está decidir dónde establecemos la frontera.
Aplica políticas de visibilidad en tu perfil
El apartado “Configuración de privacidad” de nuestra cuenta nos ofrece varias herramientas con las que controlar quién puede conectar con nosotros o quiénes pueden etiquetarnos en fotografías o escribir en nuestra biografía.
El apartado “Cómo conectas” es muy importante porque nos ayudará a controlar quién puede encontrarnos en el buscador (por nuestro nombre o nuestro correo electrónico), quién nos puede enviar mensajes privados y quién nos puede solicitar una amistad (solamente nuestros amigos, abrirnos a los contactos de segundo grado, es decir, los amigos de nuestros amigos o cualquier persona). Combinando estas opciones junto a nuestra potestad para compartir de manera pública (o no) la url de acceso directo a nuestro perfil (vanity url) estableceremos una política que filtrará las solicitudes de amistad y mensajes que recibiremos.
Además, si ajustamos la configuración relativa a la biografía, podremos controlar quién puede realizar publicaciones en nuestro perfil y cómo hacerlas, además de acotar quién puede etiquetarse en las fotos que publicamos, etiquetarnos a nosotros o frenar el autoetiquetado de Facebook.
Agrupa a tus contactos en listas y aprovecha este recurso
Facebook ofrece, aunque no de una manera muy clara, la posibilidad de que el usuario organice sus amistades en distintas listas con la idea de que éste cuente con recursos para segmentar la información que publica y evitar que información demasiado personal le llegue a alguien algo más lejano. Facebook ofrece al usuario los recursos pero, al final, es el usuario el que finalmente debe usarlos.
Por defecto, Facebook ofrece al usuario 3 listas en las que clasificar a los usuarios (Amigos, Mejores Amigos y Conocidos), una pequeña clasificación en la que enmarcar a nuestros amigos que no es rígida y que podemos ampliar con las listas que queramos para segmentar aún más la información.
¿Y qué listas deberíamos dar de alta? Todo dependerá de los contactos que tengamos pero un buen ejercicio podría ser pensar en nuestros contactos en una serie de círculos concéntricos o subconjuntos donde vayamos clasificando a éstos desde los más cercanos a nosotros (situándonos a nosotros en ese centro de los círculos) hasta los más lejanos. Con esta clasificación definiremos qué tipo de información podrán ver, partiendo desde lo más personal hasta lo más trivial.
Algunas ideas que puedes tener en cuenta son “Compañeros de clase”, “Compañeros de trabajo”, “Familia”, “Conocidos”, “Mejores amigos”, etc.
Segmenta la información
Una vez clasificados nuestros contactos en distintas listas ha llegado la hora de usar este recurso a la hora segmentar la información que está accesible a nuestros contactos. ¿Y cómo podemos hacer uso de las listas? A la hora de publicar un contenido podremos observar que hay un botón que por defecto está marcado en “Amigos”; dicho botón nos indica los destinatarios de la publicación y podremos ajustarlos para que el contenido sea accesible de manera pública (todo Facebook aunque no sean nuestros amigos), amigos pero no conocidos, realizar una publicación personalizada (excluyendo gente concreta y haciendo visible el contenido a un grupo concreto) o publicar para una lista concreta.
Este control de las publicaciones podremos aplicarlo tanto a nuevas actualizaciones de estado como a fotografías ya publicadas (hasta el punto de poder configurar la visibilidad de un álbum o de fotos concretas) y, la verdad, vale la pena tener en cuenta este recurso a la hora de compartir información.
Echa un vistazo al timeline
Uno de los detalles del timeline de Facebook es que muestra toda nuestra actividad en una especie de hilo temporal en el que se resume todo lo que hemos hecho en esta red social. Es normal que, tras varios años de actividad, no recordemos ciertas publicaciones incómodas que ahora puede que estén mucho más accesibles que antaño y, por tanto, nos pueden colocar en alguna situación complicada.
Es importante revisar las publicaciones del timeline para controlar la información que está visible y, en caso de duda, recurrir a la configuración de privacidad para ajustar los permisos y con un solo clic acotar la información.
Piensa a futuro
Tras revisar estos aspectos, mantener organizados nuestros contactos y la información a la que éstos acceden es una tarea que corre de nuestra cuenta. Conforme vayamos agregando nuevos contactos, una de las primeras tareas que debemos acometer es su correcta clasificación dentro de las listas que tengamos definidas y, sobre todo, pensar si debemos agregar o no a dicho contacto.
Además, cuando vayamos a realizar publicaciones, debemos ser conscientes del público de éstas, quiénes pueden acceder, comentar o etiquetarse en las fotos publicadas y quiénes podrán acceder a todos estos datos. ¿Para qué controlar la información? Pensemos que, quizás, dentro de unos meses podríamos estar como candidatos en un proceso de selección y algún reclutador podría dedicarse a buscar información nuestra (tanto buena como mala) y llevarse alguna impresión equivocada o que nos perjudique como candidatos.
Nosotros somos nuestra mejor herramienta para controlar nuestra privacidad y, por tanto, es una tarea que debemos integrar dentro de nuestra dinámica de uso de Facebook.
Autor : JJ Velazco
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